Cinco Elementos Restobar Gauss

La carta es inentendible por dónde se mire, y los platos que pedimos (varios de ellos que hubiese preferido no pedir) flaquean por todos lados. Las croquetas frías, recalentadas en el microondas. Las empanadas heladas. El sushi caro y medio pelo. Una propuesta ambiciosa que no llega ni a la esquina de un lugar con sus pretensiones. Caro, feo, de mal gusto, pésimo todo. Lo único destacable es la atención del pobre mozo que por su mirada daba a entender que es todo una calamidad, al menos le puso algo de onda: debe ser terrible trabajar en un lugar donde se estafa de tal manera al comensal. En fin, vayan a la plaza y coman un choripan de la cristiana que saca el embutido de un tarro de lavandina. Es mejor, y hecho con amor.

Hoy fuimos a comer, la carta demasiado pretenciosa para la poca predisposición de la cocina, la comida llegó fría por no decir helada, el sushi no tiene en lo más mínimo sabor a nada, las croquetas que pedimos también frías, mal recalentado. Creo que tienen un recurso edilicio excelente pero el servicio no merece recomendación alguna. Un desperdicio de plata.